La BBC ha lanzado en las últimas horas una historia absurda y divertida que llega desde Malasia. Un niño llamado Zackrydz perdió su teléfono inteligente cerca de su casa, cerca de la jungla. Cuando lo encontró, con la ayuda del localizador GPS, se sorprendió al ver que no fue un ser humano quien lo robó, sino especímenes de simios. De hecho, los animales han dejado huellas precisas e inequívocas: fotos, videos contenidos en la memoria del teléfono. Una historia increíble que vuelve a poner en evidencia el delicado equilibrio de convivencia entre humanos y monos en el país asiático. De hecho, los primates suelen hacer salidas a los centros urbanos en busca de alimento y la convivencia no siempre es pacífica. Aquí hay algunas fotos: