Si tienes este hábito, según un estudio de la Universidad de Sussex, harías bien en detenerte de inmediato.
Comer mientras nuestro cerebro está ocupado mirando imágenes en una pantalla inhibe la capacidad del cerebro para sentir la saciedad. Todo esto con consecuencias inevitables para nuestra tendencia a comer en exceso.
Por tanto, no existe una relación de consecuencia directa entre ingerir alimentos frente al televisor y el exceso de kilos, sino una valoración incorrecta de los estímulos y de la capacidad de procesamiento de nuestro cerebro.
No somos máquinas, ¡vale la pena recordarlo de vez en cuando!
Aconsejan a todos asegurarse de que sus aparatos eléctricos estén debidamente certificados.