Primera regla cuando estás borracho: estar acompañado de alguien que te impida hacer estupideces.


Sin embargo, los compañeros de Thomas Dodd, ciudadano británico, no cumplieron con este deber moral...


Después de una noche de empinar el codo, Thomas decidió ir a la oficina de registro y cambiar su nombre a Céline Dion. ¿La razón? Su pasión desenfrenada por la artista canadiense.



Se le ocurrió la idea de "ver un concierto del cantante en Nochebuena".


Un gesto del que no parece arrepentirse. Al punto que -al día siguiente de solicitar el nuevo nombre, recibió los documentos actualizados e inmediatamente corrigió sus cuentas sociales.


No sabemos si con el nuevo nombre va a heredar también sus dotes músicales!